lunes, 26 de septiembre de 2011

Aprobamos en el Pleno castigar hasta con nueve años de cárcel a quien comercialice bebidas alcohólicas adulteradas



Amigos:

Quiero comentarles que en la sesión del pasado 22 de septiembre, avalamos con 339 votos a favor, 16 en contra y 5 abstenciones, castigar de uno a nueve años de prisión a quien venda o ayude a la comercialización de bebidas alcohólicas adulteradas, contaminadas o alteradas.

Las reformas al Código Federal de Procedimientos Penales, de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y de la Ley General de Salud, señala que las sanciones también serán aplicables a quien introduzca al país bebidas adulteradas.

La ley considera delito grave y sanciona con uno a nueve años de prisión y multa equivalente de cien a mil días de salario mínimo general vigente, a quien por si o a través de otro expenda, venda o de cualquier forma distribuya bebidas alcohólicas adulteradas, contaminadas o alteradas, así como la introducción ilegal de las mismas al país.

La producción y comercialización de bebidas alcohólicas adulteradas ha dejado una contracción del 30 por ciento en los establecimientos y la pérdida de 6 mil empleos directos y 120 mil indirectos.

Estos productos, la mayoría de ellos distribuidos en el mercado negro, pone en riesgo la salud de la población, al poner bebidas de baja calidad y dudoso origen al alcance de los consumidores.
Al hacer uso de la tribuna, la presidencia de Comisión de Justicia, destacó que de acuerdo con datos de la Procuraduría Federal del Consumidor, entre 45 y 50 por ciento de las bebidas que se consumen en el país son adulteradas o falsificadas.

Se resaltó la necesidad de sancionar conductas que durante años se han realizado bajo la impunidad, a pesar de que son consideradas un problema de salud pública.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Salud, mi compañero, el diputado Antonio Osuna Millán, afirmó que cada seis de cada 10 bebidas son adulteradas y tan sólo en el Distrito Federal hay dos mil 200 establecimientos que venden licor adulterado.

Precisó que la problemática va en aumento por las ganancias que deja la falsificación de bebidas. “Ponen en riesgo la salud, porque tiene una carga de metanol y etilenglicol que provocan en sus consumidores mareos, pérdida de la vista o la muerte”, dijo.


A continuación veamos una nota de televisión.


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