lunes, 25 de octubre de 2010

Diálogo, el mejor instrumento para gobernar (el caso del Jaralito)

“CUANDO FALTAN LAS PALABRAS Y LAS IDEAS, ES PREDECIBLE QUE SURJA LA VIOLENCIA” SÉNECA


Ante los trágicos y muy lamentables sucesos de la semana pasada en el Jaralito municipio de San Luis Potosí en los que perdió la vida un joven de veinte años, habitante de esa comunidad, y fueron lesionados por arma blanca varios elementos de la policía estatal, derivado de la inconformidad ciudadana exacerbada y totalmente fuera de control, y por otro lado del uso de la fuerza pública, es necesario hacer algunas reflexiones.

Primero habría que cuestionarnos si las autoridades competentes en uso de sus atribuciones agotaron las vías del dialogo y la concertación para alcanzar los acuerdos indispensables en una acción que sin duda alteraría la vida de los habitantes de esa comunidad. La trascendencia de este acto de gobierno, que nadie cuestiona por su alta prioridad, obligaba a que antes de cualquier otra medida contara con el amplio consenso ciudadano.

No está en discusión el rol que debe jugar la autoridad para la implementación de actos propios de su responsabilidad en la procuración del bien colectivo, pero sí la forma, que denota falta de sensibilidad al no tomar en cuenta la voz de los ciudadanos.
Grave es también la presunción de la intromisión de intereses políticos o económicos para evitar obras de la naturaleza del relleno sanitario; no sería la primera vez, en la administración municipal 2004-2006 también las sufrimos, pero en aquel entonces, no hubo un solo golpeado, menos se disparo un solo tiro.
En todo acto de gobierno, siempre se deberá privilegiar el bien común, sin duda; pero también se debe de hacer gala de la capacidad de diálogo, de concertación, de la sensibilidad indispensable para entender la visión de todos los ciudadanos. Cuando faltan las palabras y las ideas, es predecible que surja la violencia.
Finalmente, también es cuestionable descansar la responsabilidad de las acciones en un ente privado, que atendiendo a sus intereses de orden económico, busca esencialmente cumplir con los términos de un contrato.
No es esta una crítica mal intencionada, hacia nadie, es un llamado para que en San Luis Potosí prevalezca siempre la capacidad para que a través del dialogo dirimamos nuestras diferencias.
Octavio Pedroza

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