lunes, 24 de enero de 2011

Todos tenemos derecho a tener una ciudad




“Tanta sociedad como sea posible, y solo tanto gobierno como sea necesario”
Efraín González Luna
El pasado 15 de diciembre la Camara de los Diputados aprobó una Iniciativa de Reforma Constitucional para modificar integralmente la Ley de Desarrollo Metropolitano.
Esta iniciativa pretende establecer que todas las personas tenemos derecho a la ciudad, bajo los principios de sustentabilidad, democracia, equidad y justicia social; así como el derecho a disfrutar de una vivienda digna, adecuada en superficie, localización, accesibilidad y seguridad.
La realidad hoy día en nuestro país es que más del 20 % de la población vive en condiciones de riesgo y vulnerabilidad, simplemente por una inapropiada ubicación de las zonas habitacionales que ocupan y, aunque evidentemente ésta circunstancia se acentúa en los estratos sociales más marginados y de escasos recursos, no es privativo de estos segmentos de la población, ocurre también en niveles medios y altos.
La causa de esta fenomenología es la escasa y la mayoría de las veces nula planeación urbana.
La mayor parte de los centros urbanos de nuestro país han crecido de manera anárquica, prácticamente sin ningún orden.
Es imperante que de aquí en adelante todos los centros urbanos adopten la planeación como su principal política pública.
La planeación deberá de ser participativa, integral y de largo plazo, mediante la concurrencia de los tres órdenes de gobierno y con una amplia participación de la sociedad. Y deberá contener una perspectiva de desarrollo nacional y regional, que impulse el ordenamiento territorial productivo, igualitario y sustentable.
El estado, debe tener el derecho de imponer a la propiedad privada las medidas que dicte el interés público, preservando su función social y estableciendo los derechos y deberes de su uso y aprovechamiento, para lograr el desarrollo sustentable y ordenamiento armónico del territorio.
Es ya impensable entenderse como comunidades aisladas.

Temas como la seguridad, el transporte, el aprovechamiento del agua, los desechos sólidos, la ecología y la movilidad urbana tienen que abordarse con criterios metropolitanos, y no con visiones parciales de los municipios.
Vale preguntarnos, ¿Cuántos de nuestros problemas urbanos de hoy son consecuencia de nuestra falta de planeación de ayer? ¿Cuántos problemas de mañana no podremos evitar si actuamos en base a la planeación el día de hoy?
Es una pena que el Instituto Municipal de Planeación que constituimos en la Administración Municipal 2004-2006 sea hoy una mera figura decorativa, prácticamente subutilizado.
En esta nueva visión de planear para crecer con orden, la sociedad debe de ser el constituyente principal, es la sociedad la que debe participar para la definición de la vocación de las ciudades, de las regiones, de su economía, de su desarrollo. Los tres órdenes de gobierno deben ser solo entes reguladores y garantes de su cumplimiento.
Ello garantizaría la permanencia de la planeación y su concreción en el tiempo.
Las ciudades exitosas y competitivas en el mundo son aquellas en las que hay más sociedad y menos gobierno.

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