lunes, 15 de marzo de 2010

Dignificación de la Acción Política

Esta semana que recién terminó, fuimos testigos y el país entero lo fue, de un episodio lamentable y bochornoso en la sede de la Cámara de los Diputados. Se vivieron instantes en los que la intolerancia y la violencia verbal prevalecieron sobre el dialogo y la razón.

Decía Carlos Castillo Peraza, “donde la violencia impera, la palabra y las ideas callan”.
Más allá de los errores y los arrepentimientos, por encima de la razón y de la sin razón, de este vergonzoso trance, nadie puede llamarse vencedor, perdieron los partidos políticos, perdimos todos, perdió la credibilidad, perdió México.

Cuesta trabajo ver de frente a los ciudadanos y más cuesta explicar que en vez de discutir y debatir sobre los temas trascendentes que nos deben de ocupar, como las reformas transformadoras que nuestra nación exige y demanda, nos enfrascamos, los partidos desde la más alta tribuna del país, en lugar de construir acuerdos, en dirimir nuestras diferencias. ¡Como si eso le importara a los mexicanos!

Eso no es lo que esperan los ciudadanos de sus diputados.

La exacerbación de lo ideológico y la confrontación derivada de aquella, impide a la política ser eficaz y facilitadora de la convivencia social y hacer posible la administración pública.
En la medida que se agudiza esta tendencia, la política pierde capacidad para ser actividad orientadora en medio de los desafíos históricos que deben forjar la identidad de nuestra nación.
Después de la experiencia de la semana pasada en San Lázaro, se impone la pregunta: ¿esta es la política que quieren y esperan los mexicanos?

La respuesta es obvia é inmediata, por supuesto que no.

La política tiene que ser generadora de esperanza, los hombres y las mujeres, los ciudadanos de bien, deben esperar algo mejor de la política y de los políticos. pero si la política no es ordenada, si la política no esta sujeta a reglas pactadas y respetadas por todos, si la política es el caos que hoy observamos, de la política se podría esperar todo, que es lo mismo que no esperar nada.
Hoy los políticos les debemos ofrecer perdón a los ciudadanos.
Esta no es la política que se merecen.

Si ésta es la realidad hoy de la política, cobra vigencia aquella frase que apareció escrita en una barda:

“Estamos cansados de realidades, exigimos una promesa”.


Participación del diputado Pedroza en “Controladora de medios” el 15 de marzo.


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