Para Acción Nacional, la reforma política es cuestión de principios. Es el vínculo con nuestra lucha por hacer realidad la democracia en México, por respaldar el hábito de participación de los ciudadanos, para avanzar en la democracia de nuestras instituciones públicas, para acotar los cacicazgos y controles autoritarios que siguen atrincherados en diversos rumbos del país. La reforma política representa un capítulo más del empeño de los mexicanos por deshacer ataduras políticas que impiden el desarrollo humano y social.
Nuestras posiciones al respecto no se generan en la coyuntura política inmediata, ni en las conveniencias o inconveniencias de una decisión, ni en tortuosas negociaciones entre corrientes que asumen visiones diversas respecto a lo que se entiende por democracia, o a tentaciones de dirigirla o someterla. Para el PAN la democracia es una aspiración que no prescribe y que siempre es perfectible en la medida en los ciudadanos avancemos hacia una capacidad plena de expresar nuestra voluntad para decidir cómo y con quienes se afronta el destino de México.
En el año 2000, los mexicanos dimos un paso trascendental, cuando la voluntad de la gente determinó la alternancia. Pero el cambio de régimen no agotó nuestros anhelos. Siguen haciendo falta mayores espacios que aseguren la participación directa y libre de los ciudadanos en la vida pública.
Por eso, ha llegado el momento de que en México sean posibles las candidaturas ciudadanas independientes de los partidos políticos; por eso necesitamos la reelección de todos los legisladores y de los alcaldes, como vía para que el ciudadano pueda premiar una buena gestión o castigar una deficiente; por ello tenemos que reglamentar la iniciativa ciudadana como un paso en la ruta de abrir los espacios legislativos a la voz directa de los ciudadanos.
Hemos señalado con claridad que estamos de acuerdo en clarificar los mecanismos para la reconducción presupuestal que evite la parálisis del gobierno a causa de desencuentros en el Congreso, así como otras propuestas contenidas en la minuta enviada por el Senado de la República. Más allá de quién y cómo se propusieron, son propuestas necesarias para que nuestra democracia se fortalezca como régimen eficaz para dar respuesta y soluciones a las exigencias y demandas de los ciudadanos.
En Acción Nacional la democracia no se reduce sólo a cuestiones electorales o de organización de la administración pública. Nuestra aspiración es que todos los mexicanos tengan igualdad de oportunidades de acceso al saber, al tener y al poder. Por eso promovemos que el ciudadano sea el sujeto activo de la vida pública, que vote, que participe, que opine, que exija, que vigile y evalúe de manera crítica el desempeño de los gobiernos. Ese es el inicio de la democracia que queremos y que estamos empeñados en construir día a día.
En la medida en que logremos la transformación democrática de las instituciones, de la relación entre gobernantes y ciudadanos, de la operación eficiente y eficaz del gobierno y de un desempeño responsable y honesto de los servidores públicos, habremos avanzado en objetivos básicos del PAN: que el poder emane del pueblo y que al mismo sirva; que el voto cuente y se cuente; que ningún interés se adueñe del poder para someterlo a consideraciones parciales contrarias al interés nacional.
Por eso apoyamos toda iniciativa de reforma política que abone en ese sentido. Por eso nos parece inaceptable que algunos asuman la función legislativa desde una lógica como si el tiempo no transcurriera y tuviéramos una eternidad para darle vueltas a las decisiones que urgen a los ciudadanos de México. Reconocemos y felicitamos los movimientos de jóvenes, de mujeres y hombres comprometidos, que desde las calles y las redes sociales reclaman este anhelo de mayores espacios de participación, de más poder y reconocimiento para la ciudadanía. ¡Reforma política ya!
Nuestras posiciones al respecto no se generan en la coyuntura política inmediata, ni en las conveniencias o inconveniencias de una decisión, ni en tortuosas negociaciones entre corrientes que asumen visiones diversas respecto a lo que se entiende por democracia, o a tentaciones de dirigirla o someterla. Para el PAN la democracia es una aspiración que no prescribe y que siempre es perfectible en la medida en los ciudadanos avancemos hacia una capacidad plena de expresar nuestra voluntad para decidir cómo y con quienes se afronta el destino de México.
En el año 2000, los mexicanos dimos un paso trascendental, cuando la voluntad de la gente determinó la alternancia. Pero el cambio de régimen no agotó nuestros anhelos. Siguen haciendo falta mayores espacios que aseguren la participación directa y libre de los ciudadanos en la vida pública.
Por eso, ha llegado el momento de que en México sean posibles las candidaturas ciudadanas independientes de los partidos políticos; por eso necesitamos la reelección de todos los legisladores y de los alcaldes, como vía para que el ciudadano pueda premiar una buena gestión o castigar una deficiente; por ello tenemos que reglamentar la iniciativa ciudadana como un paso en la ruta de abrir los espacios legislativos a la voz directa de los ciudadanos.
Hemos señalado con claridad que estamos de acuerdo en clarificar los mecanismos para la reconducción presupuestal que evite la parálisis del gobierno a causa de desencuentros en el Congreso, así como otras propuestas contenidas en la minuta enviada por el Senado de la República. Más allá de quién y cómo se propusieron, son propuestas necesarias para que nuestra democracia se fortalezca como régimen eficaz para dar respuesta y soluciones a las exigencias y demandas de los ciudadanos.
En Acción Nacional la democracia no se reduce sólo a cuestiones electorales o de organización de la administración pública. Nuestra aspiración es que todos los mexicanos tengan igualdad de oportunidades de acceso al saber, al tener y al poder. Por eso promovemos que el ciudadano sea el sujeto activo de la vida pública, que vote, que participe, que opine, que exija, que vigile y evalúe de manera crítica el desempeño de los gobiernos. Ese es el inicio de la democracia que queremos y que estamos empeñados en construir día a día.
En la medida en que logremos la transformación democrática de las instituciones, de la relación entre gobernantes y ciudadanos, de la operación eficiente y eficaz del gobierno y de un desempeño responsable y honesto de los servidores públicos, habremos avanzado en objetivos básicos del PAN: que el poder emane del pueblo y que al mismo sirva; que el voto cuente y se cuente; que ningún interés se adueñe del poder para someterlo a consideraciones parciales contrarias al interés nacional.
Por eso apoyamos toda iniciativa de reforma política que abone en ese sentido. Por eso nos parece inaceptable que algunos asuman la función legislativa desde una lógica como si el tiempo no transcurriera y tuviéramos una eternidad para darle vueltas a las decisiones que urgen a los ciudadanos de México. Reconocemos y felicitamos los movimientos de jóvenes, de mujeres y hombres comprometidos, que desde las calles y las redes sociales reclaman este anhelo de mayores espacios de participación, de más poder y reconocimiento para la ciudadanía. ¡Reforma política ya!
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